Acerca de este número
Leer y escribir son acciones inherentes a los seres humanos. También hablar y escuchar. Las cuatro forman parte del sistema comunicativo de todas las personas. Y por las palabras y sus múltiples significaciones —el emplazamiento cotidiano del lenguaje— se concibe y logra la dignificación de la humanidad. En ese plano cartesiano en el que las sílabas sustituyen a los números, está el trazado de rutas benéficas, cartas de navegación que constituyen el mapeo de esperanzas y ensueños. Resistimos con la palabra para crear utopías, ilusiones incandescentes que nos permiten seguir viviendo. A nadie se le puede negar la libertad de expresarse, leerse y escucharse para conformar comunidades, esos milenarios conjuntos de oyentes. El reconocimiento de las voces está en la visión de las otras y los otros: una mirada que corporeíza las hablas individuales para darles un lugar en el mundo. La invisibilidad también tiene su coloración. Por eso las lecturas y las escrituras, los dichos hablados y escuchados, acuerpan los espacios vacíos y le dan vida a los expulsados de la Historia.
El presente número de Libros UNAM es un reconocimiento a las voces acalladas, aquéllas que han desafiado los embates opresivos en contra de la libertad de expresión y la memoria: ésos que condenan los pensamientos fugitivos y censuran —cercenan— las rúbricas disidentes por el simple hecho de pertenecer a un universo distinto. En la línea del eje temático de la Fiesta del Libro y la Rosa —resistir con la palabra y las utopías posibles—, ofrecemos un sesgo de esperanza e ilusión a través de los numerosos títulos publicados en nuestra Universidad sobre la materia. Nuestro compañero de viaje es Benito Taibo, amigo querido y director de Radio UNAM, quien nos comparte un panorama bienandante y optimista sobre los libros y las lecturas: la imaginación como una forma de supervivencia. En este marco de camaradería y armonía de voluntades, es como celebramos de nuevo el 23 de abril, Día internacional del libro: en la viveza y vivencia de las páginas a corazón abierto que despegan las palabras de nosotras mismas y nosotros mismos. La letra como brújula; la esperanza, como hoja impresa.