Los seres humanos siempre han estado prefigurados por la espacialidad. El hábitat donde se mueven define sus acciones cotidianas. La arquitectura, en ese sentido, es el arte de diseñar, proyectar y construir extensiones, a la vez que modifica y determina diversas formas de vida. En algunos casos, incluso, encauza a la humanidad a definir sus mudanzas y rupturas. Pero también coadyuva a recuperar episodios del pasado a partir de referentes puntuales. Un caso concreto son los monumentos o memoriales. Por ello, ninguna expresión arquitectónica es ajena a cierta intencionalidad, por no aludir al vital e imprescindible componente estético. La arquitectura determina estratos sociales, referentes simbólicos y prácticas hegemónicas. No es lo mismo, por ejemplo, vivir en una choza de lámina que en un palacio imponente. Dicho de otro modo: la arquitectura ostenta un elemento político que acompaña la esencia de paisajes y urbes. Y es en esas entrañas de castillos metálicos y muros insondables en donde puede recuperarse, entre muchas otras posibilidades, la memoria de una comunidad

Para la UNAM, la arquitectura siempre ha sido una manifestación artística y tecnológica primordial. No en balde el grueso de sus facultades, institutos y centros se encuentran en una ciudad universitaria construida ex profeso para la vida académica. Tan es así que nuestro campus central, desde 2007, forma parte del Patrimonio Mundial de la unesco porque “el conjunto encarna valores sociales y culturales de trascendencia universal y ha llegado a ser uno de los símbolos más importantes de la modernidad en América Latina”. Por estas razones, el número de noviembre de 2022 de Libros UNAM está dedicado a la arquitectura; a como ésta, por los atributos de su naturaleza, puede crear comunidad: un espacio habitado por “un conjunto de oyentes”, como lo sugiere el filósofo surcoreano Byung-Chul Han. Nos acompaña con el texto de presentación Cristina Vaccaro, académica de la Facultad de Arquitectura de nuestra alma mater, quien explora una propuesta actual y necesaria: la dimensión política e incluyente de la arquitectura. La Universidad, además de ser zona de cohabitación armónica que define a su comunidad, es también un entorno de producción teórica y reflexiones profundas e inteligentes. El acervo bibliográfico sobre arquitectura se incrementa cotidianamente con notable luminosidad y está presente en los títulos que compartimos en esta selección.